miércoles, 15 de marzo de 2023

Mis lugares míticos. - Egipto 41

 

La dinastía Ptolemaica (2)





Antes de seguir con esta dinastía que, a la postre, fue la última que reinó en Egipto, creo que es menester hacer las siguientes consideraciones:

A)           No es una dinastía efímera que se redujo a Cleopatra y poco más. En realidad, se mantuvo al frente de Egipto durante casi tres siglos.

B)           A pesar de que los diferentes faraones no hablaran el idioma propio del país que gobernaban, sino el griego de sus orígenes, durante esta época se construyeron nuevos templos sobre los antiguos, los que generalmente se visitan en el crucero que transcurre por el curso medio de El Nilo: cómo los de Philae, Edfu, o Kom Ombo  

C)           No se puede, ni debe, enjuiciar a una civilización diferente a la nuestra con las normas éticas, sociales y morales que rigen en la actualidad. En el Egipto faraónico era habitual el incesto entre los faraones o sus herederos para reafirmar (según sus creencias) su esencia divina y la "pureza de la sangre". Tampoco fueron excepcionales los asesinatos por motivos dinásticos o sucesorios. Esta práctica se hace norma durante la dinastía. Así como el asesinato sistemático de cualquiera, especialmente familiares, que pudiesen interponerse en el camino o disfrute del poder ya adquirido.

Una vez sentadas esas premisas, pasaré al tema que nos ocupa.

En el año 323 a. C., tras la muerte de Alejandro Magno, Ptolomeo I Soter, uno de los generales del difunto, al repartirse el imperio conquistado por el macedonio se queda con el reino de Egipto como Faraón (dignidad que ya ostentaba Alejandro), iniciando la Dinastía XXVI, llamada Ptolemaica, que también se conoce con el nombre de dinastía Lágida, ya que Lagos era el nombre del presunto padre) de Ptolomeo I.

La dinastía gobernó en el Antiguo Egipto durante el denominado período helenístico, que transcurre desde la muerte de Alejandro Magno, acaecida en el año 323 a. C. hasta la derrota de los ejércitos faraónicos, y muerte de Cleopatra VII en el año 30 a.C. que marcó el fin del Imperio Egipcio, pasando el país a ser una colonia romana.

Esta última dinastía que corresponde cronológicamente a la de Ptolomeo I estableció cómo capital del reino a Alejandría, que se transformó en el principal centro comercial e intelectual de la antigüedad.

Cabe destacar que durante el reinado de Ptolomeo V fue cuando se publicó un decreto en tres tipos de escrituras, que conocemos como Piedra de Rosetta, que, cómo sabemos, permitió traducir el idioma del antiguo Egipto.