lunes, 30 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 37

 

¿Por qué Egipto? Y 4





Todos los interesados en la cultura del antiguo Egipto, antes o después, terminamos hablando de la Piedra Rosetta. Sin su descubrimiento e interpretación la egiptología hubiese sido diferente. Podríamos datar con el método del carbono 14 los monumentos y escritos hallados, y, posiblemente, gracias a los avances en la Inteligencia Artificial, quizás ahora o más adelante hubiéramos podido descubrir las diferentes etapas, y quizás los nombres de algunos de los faraones y dinastías. Sin embargo, lo que hoy en día se conoce de los acontecimientos históricos, e, incluso, del día a día de la vida del país, no sería ni tan siquiera Ciencia-ficción.

La citada piedra, en realidad un fragmento de una estela que en su tiempo se distribuyó en varios templos, se encuentra, como saben todos los lectores, e incluso la habrán visto personalmente, en el Museo Británico de Londres. Hay una copia exacta en el Museo de Antigüedades egipcias de El Cairo. Como dato anecdótico cabe citar que es el único objeto del citado museo que no es una obra original.

Para no repetirme, ya que en el capítulo anterior realicé una amplia descripción tanto de su contenido, como de su composición y de las circunstancias de su hallazgo, me gustaría únicamente que recordaran el año del descubrimiento, 1798, por la coincidencia que comentaré más adelante.

A pesar de que inmediatamente se percibió que podía ser la llave para abrir el arcano de la historia egipcia, la traducción tardó unos años. La piedra sufrió algunas vicisitudes, como pueden ser cambios de país y de propietarios.

Tras el descubrimiento, se hicieron varios intentos, con mayor o menor éxito, de reproducir los textos grabados en la piedra, e, incluso, se descubrió que el texto central estaba en escritura demótica, y no en siriaco cómo se creía hasta entonces.

Tras la marcha de Napoleón, las tropas británicas trataron de invadir el país, logrando tomar en 1801, tras una batalla a orillas del Mediterráneo, y tras sitiar al resto de las tropas francesas en Alejandría. Se hicieron con el dominio de la ciudad, y como premio adicional  de la Piedra Rosetta, no sin grandes controversias y disputas sobre quiénes eran los propietarios y debían tener no sólo la piedra sino todos los documentos generados por ella, y el resto de objetos antiguos descubiertos en la expedición francesa. Para no ser prolijo diré que la piedra en cuestión pasó a posesión de los británicos

A raíz de su descubrimiento, se iniciaron los esfuerzos por parte de numerosos eruditos, quienes, tras no haber logrado avances que resultaran significativos, fueron abandonando paulatinamente la tarea.

El texto griego de la Piedra de Rosetta fue el punto de partida, toda vez que el griego antiguo era muy conocido por los estudiosos.

Aportaciones muy importantes fueron la idea de que, al igual que en el chino, los nombres extranjeros fueron transcritos fonéticamente, y de que, al igual que en otros idiomas de la zona, hubiese signos que representaran tonos. Con estas ideas, Champolión, nacido el mismo año del descubrimiento, estableció el alfabeto partiendo de los cartuchos de Cleopatra y Alejandro. Posteriormente, publicó la primera gramática base del descifrado de toda la escritura de la cultura egipcia.



domingo, 29 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 36

 

¿Por qué Egipto? 3





Quizás la razón más importante es porque no me gustan las “cosas porque sí”, sin una base en la que apoyarse, por tener que creerme narraciones escritas muchos siglos después de sucedidas y por tradición oral.

De Egipto, aparte de unas construcciones impresionantes, tenemos la historia contada por ellos mismos, y en los momentos en que suceden los hechos. Cuentan sus creencias, sus batallas, sus hazañas, pero también su día a día, los gastos cotidianos, el valor de adquisición de los productos, y sus relatos de ficción, verdaderas novelas y cuentos.

Cómo es posible entender sus escritos si la última inscripción enl lenguaje jeroglífico fue en el año394, y en  demótico en el año 452, y el único templo en el que se continuaba con la religión del antiguo egipcio, el templo de Isis en la isla de Philae, fue prohibido por Justiniano en el año731, habiéndose perdido completamente, según algunos egiptólogos, y estando vigente con variaciones (pero únicamente en su faceta oral) como el idioma copto, según otros.

Antes de seguir adelante, conviene hacer una distinción  entre las diferentes escrituras usadas en época faraónica para poder entender el proceso de recuperación  para poder interpretarlo.

Escritura jeroglífica. Usada únicamente para textos sagrados, generalmente relacionados con el culto al “más allá”. Basada en representaciones pictóricas de los objetos, pero con aportaciones de letras o sílabas. Prácticamente no sufrió variaciones desde su inicio hasta su prohibición por Justiniano.

Escritura hierática. Es una simplificación de los signos utilizados en la escritura jeroglífica, con rasgos más estilizados. También fue usada para temas de culto y sacerdotales, pero menos solemnes.

Escritura demótica. Es una evolución muy esquemática de la escritura hierática. Reflejaba el idioma hablado, y esta sí que sufrió transformaciones desde sus primeras manifestaciones hasta su prohibición. Generalmente usada sobre papiro y ostracos para documentos civiles, tanto administrativos cómo privados.

Cabe destacar el uso del idioma copto, que es una evolución del idioma hablado por los egipcios, pero escrito con caracteres griegos. Esta lengua permanece hasta nuestros días, pero su uso es exclusivo de la liturgia de los cristianos coptos.

La Piedra Rosetta marca un antes y un después en la egiptología, ya que permite estudiar científicamente la historia de aquella civilización, y no basarse únicamente en hallazgos de objetos, monumentos, y escritos a los que no se les podía dar un significado.

La piedra de Rosetta es un fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del faraón Ptolomeo V. El decreto aparece en tres escrituras distintas: el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura demótica, y la inferior en griego antiguo. Gracias a que presenta, esencialmente, el mismo contenido en las tres inscripciones, con diferencias menores entre ellas, esta piedra facilitó la clave para el descifraDto moderno de los jeroglíficos egipcios.

Fue hallada durante la campaña en Egipto de Napoleón Bonaparte en 1798. En Rosetta, François Bouchard avistó en un lugar donde los soldados habían excavado una placa con inscripciones en una de sus caras, que resultó ser una estela de la era Ptolemaica, con el texto de Menfis durante el reinado de Ptolomeo V.

No obstante, aunque desde el primer momento se vio su importancia, no fue hasta el año 1803 cuando fue traducida la inscripción en griego, y aún se tendría que esperar hasta 1822 para que Jean François Champollion descifrara el texto del idioma faraónico, y diera inicio a la nueva egiptología. 



sábado, 28 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 35

                                                   ¿Por qué Egipto? (2/3)







En la entrada anterior, di algunos de los motivos que originaron mi interés por el Egipto faraónico, y lo basaba, especialmente, en unas cuestiones materiales, y en una novela de ficción. A pesar de que ese fuera el inicio, no cabe duda de que, sin la actuación y el estudio de los egiptólogos, no hubiese sido posible el conocimiento de la vida, usos, y costumbres del antiguo reino de las orillas de El Nilo. Hubiésemos tenido unas ruinas, y unos monumentos, pero sin una vinculación con los hombres y mujeres que los construyeron, y les dieron sentido. Por esta razón, creo que en estas páginas debe ser obligatorio rendir un homenaje a los que hicieron posible el  conocimiento de esa civilización.

Creo innegable que la Piedra Roseta, y, más concretamente, su utilidad como “traductor”, marca un hito que divide en dos épocas del conocimiento de la historia. Cambia la forma de aproximarse a esa civilización faraónica al posibilitar la comprensión del idioma utilizado por los egipcios de la época, siendo la herramienta que nos acercó a un pueblo que tenía pasión por la exactitud, y que dejaba constancia escrita de todos sus quehaceres. Varió completamente los conceptos pasando de un coleccionismo por su antigüedad y exotismo, no exento de rapiña, a un deseo de conocer las realidades, pensamientos, y civilización de una época muy importante de la humanidad. Es decir, marcó las diferencias entre (salvo honrosas excepciones) los buscadores de tesoros y aventuras,  y los estudiosos del antiguo Egipto.

Por la limitación de espacio, en este capítulo sólo me podré referir a algunos de los que se interesaron por la historia más antigua de ese país, y que fueron contemporáneos de la época faraónica. No olvidemos que entre el tiempo pre dinástico y la última reina pasaron aproximadamente 4.000 años, y que nuestra era va por el año 2020.

Se puede considerar como el primer interesado en el estudio de su arte y cultura al cuarto de los hijos de Ramsés II, llamado Khaenwase (dato obtenido por gentileza de Julio Cuesta), que, entre otras cuestiones, restauró las grandes pirámides de la meseta de Gizeh.

Qué duda cabe que Herodoto, el considerado padre de la historia, jugó un papel importante en el descubrimiento por parte del mundo occidental de aquellos años de la civilización egipcia. Ciertamente,  fabuló sobre ella, como era habitual entonces, y da por cierta una versión sobre el carácter de Keops y la construcción de su gran pirámide, describiendo las técnicas de construcción de la misma. Acuñó la definición más acertada del país, que sigue vigente en la realidad actual: “Egipto es un don de El Nilo”.

Cabe decir que, en su tiempo, y por confortaciones con otras escuelas filosóficas, fue desacreditado, y tratado de fabulista, siendo rehabilitado, y considerado otra vez como historiador creíble, en El Renacimiento

Alejando Magno también mostró su interés por el país, y en su incursión hacia Oriente estuvo allí, e, incluso, al igual que a los Faraones, se le consideró un ser divino, y se le erigieron templos. Tras su muerte, algunos de sus generales volvieron al país, estableciendo una época, y unas nuevas técnicas de construcción y ornamentación, conocidas como el periodo helenístico, estableciendo la dinastía la Ptolemaica, que transcurrió desde el año 305 a.c. hasta el 30 d.c., con la muerte de su última reina Cleopatra, y su anexión al Imperio Romano. Durante esta postrera dinastía se reconstruyeron infinidad de templos en el llamado estilo ptolemaico, como los de Edfú o Filae.

Ptoloméo II encargó a Mametom una historia del pueblo egipcio para conocer mejor la historia del pueblo que gobernaba, encargo que realizó y plasmó en su libro Aegyptiae.

Desgraciadamente, esta obra se perdió, y solo quedan pequeños fragmentos, recogidos por historiadores cristianos del siglo VIII. Sin embargo, Josepho, en su afán de documentar la antigüedad del pueblo judío, rescató un capítulo entero, en el que identifica a los judíos con los hicsos, al ser ambos de la misma zona geográfica,  que reinaron durante el Segundo periodo intermedio dinastías XV y XVI.

 



viernes, 27 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 34

 

¿Por qué Egipto? (1)








Repasando los recuerdos, quizás mi interés por esta cultura fuese iniciada por un profesor que tuve que se llamaba D. Ramón, fue hace tantos años que no recuerdo su apellido pero si su pasión por todo lo concerniente a Tutankamon.

No estoy seguro que fuera el verdadero origen, ya que durante años quedó el citado profesor en la capa más interior de los recuerdos. De lo que si estoy seguro es que en mi pirimer viaje a Egipto quedé subyugado por el Egipto faraónico que no, por el país actual.

Creo que sería imperdonable, al menos en mi caso, decir que la lectura temprana del hoy  casi olvidado Mika Waltari y su “Sinuhe el egipcio” fue uno de los más importantes iniciadores de mi pasión por el Egipto faraónico Lógicamente, no soy una excepción en esa pasión, es más si puedo serlo es gracias a una serie de  circunstancias y sobre todo a una serie de personalidades que guiados por esa misma pasión dedicaron una gran parte de su existencia a al estudio, descubrir y preservar la historia, la vida y las obras de esa extraordinaria civilización y  que han hecho posible el conocimiento de esta cultura incluso a los profanos como yo.

En este artículo me dedicaré a hablar de las razones materiales por las que ha sido posible la preservación de los objetos dejando para un siguiente la lista y los logros de algunas de las personas que más se destacaron por aflorar el maravilloso mundo de la Egiptología

Es indudable que han existido en la antigüedad otras culturas que  alcanzaron un alto grado de desarrollo, pero por su escaso grado de conservación de los restos su apreciación sólo está su apreciación al alcance de los especialistas. En tanto que la civilización faraónica debido a las condiciones que desarrollaré a continuación puede apreciarse hasta por los más legos.

Una de las razones para la conservación fueron las condiciones geográficas y ambientales, ya que fuera del corredor de El Nilo, el clima es extremadamente seco. Razón que evita en gran medida la degradación por la humedad, toda vez que la gran mayoría de lo conservado se hallaban  en las llanadas tierras rojas (secas y áridas) y no en las tierras negras (bañadas por las inundaciones y fértiles.

Sin embargo, siendo estas circunstancias que resultan imprescindibles no son las más determinantes que vinieron marcadas por la personalidad del pueblo egipcio que se caracterizaba:

1.- Por su meticulosidad y extremo celo en recoger todos los datos de sus actuaciones. Hay notaciones de las raciones que se daban a los trabajadores, del número de obreros que trabajaban en cualquier explotación u obra pública, se los tributos recaudados y de cualquier actividad gracias a la legión de escribas. Al descifrarse la escritura utilizada esta circunstancia ha dado lugar a conocer con exactitud como transcurría la vida tanto la oficial como la cotidiana.

1.-La obsesión que sentían por la eternidad no sólo en lo referente a las personas y a la resurrección, si no también el durabilidad de los materiales empleados y en las técnicas de construcción de edificios como en la escultura. El uso de la piedra y el papiro hicieron posible que hayan llegado hasta nuestros días monumentos y escritos en un admirable estado de conservación. La arena, que en general resulta destructora por la erosión, en el caso de algunos templos como el de Edfu, resultó muy beneficiosa ya que lo mantuvo enterrado a salvo de las inclemencias meteorológicas y de la barbarie de los humanos.. 


jueves, 26 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 33

 

La paleta de Narmer




Reconozco que cuando el amigo Julio Cuesta me preguntó: “¿Por qué no escribes algo sobre la paleta de Narmer, que fue descubierta el mismo día  que nació mi abuela?” me puso en un compromiso. ¿Pero quién puede ignorar una pregunta de ese gran entusiasta de temas del Egipto faraónico, además de buen amigo?

Me puse a indagar sobre el asunto, y nada más empezar a leer, me vino una imágen a la mente, así que busqué entre mis fotografías de las diferentes visitas Egipto y si, allí estaba ella. En dos fotos una anverso y otra del reverso. Cierto es que las fotos no le hacen honor dada las dificultades de iluminación, pero he preferido utilizar mis fotografias

Vamos ahora a describir la utilidad de las paletas en el Antiguo Egipto y  la descripción de esta que nos ocupa.

Originariamente  las paletas tenían una utilidad cosmética, en un hueco centrar, se colocaban los ingredientes para el maquillaje personal que utilizaba su propietario, compuestos  de diferentes materiales.  Con el paso del tiempo se fueron adornando con diferentes motivos ornamentales al tiempo que fue diversificada su utilidad ya que acabaron siendo motivos conmemorativos de hechos acaecidos en la época sin perder si utilidad primitiva.

La paleta que nos ocupa, es de esquisto, de forma casi triangular, de 64 x 42 cm, y está fechada alrededor del año 3000 a. C. Fue hallada en 1898 entre las reliquias del templo de Horus en Hierakonpolis (Con este dato, sabemos la fecha de nacimiento de la abuela de Julio)

Antes de seguir adelante, es muy importante recordar que Narmer y Nemes, son la misma persona (con diferente grafía) y en consecuencia es el primer rey registrado en la Lista Real de Abydos, que recoge los nombres de casi todos los faraones que gobernaron en el Valle del Nilo y en consecuencia,  considerado el iniciador de la primera dinastía

La paleta que según muchos egiptólogos conmemora la unión de los dos reinos, y según otros la batalla por el Delta que se cree que estaba dominado por los libios, hecho  que no dejaría de ser parte de la unificación der los dos reinos

Los motivos de la decoración son los siguientes:

Anverso.-El rey Narmer, con la corona del Alto Egipto a gran tamaño, lo que indica la preeminencia del Alto sobre el Bajo Egipto. Al tiempo que golpea a unos extranjeros. Aunque es posible que Narmer considerara extranjeros a los habitantes del Delta, ya que la paleta representaría su victoria tanto sobre los habitantes del Delta occidental como los pobladores del Sinaí. También figura El dios Horus, símbolo de la divinidad del rey y por último  hay más enemigos de pelo rizado abatidos y la representación simbólica de dos ciudades amuralladas conquistadas.

Reverso.- En la parte superior, está el faraón con la Corona roja del Bajo Egipto, acompañado de su séquito ante unos enemigos decapitados. En la parte baja están representados dos   animales fabulosos de cuellos entrelazados que podrían representar la unión del Alto y Bajo Egipto bajo un solo Faraón. La parte situada entre los cuellos, rebajada, era la usada como base para moler kohl. Como final a un toro que representaba al propio Faraón derribando murallas y abatiendo enemigos

Espero haber complacido a Julio y que haya sido de interés para el resto de lectores.

martes, 24 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 32

 

Los ladrones de tumbas (2/2)






Durante el Imperio Antiguo, en Egipto, todas las pirámides y mastabas, fueron, saqueadas ya que su llamativa construcción era como una llamada de atención en medio del desierto e  indicaba que allí estaba enterrado un faraón o un notable y que por tanto contenían inmensas riquezas en su interior.

No solo resultaban saqueadas las tumbas de los faraones, también la de los nobles o de cualquier condición social que hiciese ostentación de riqueza en sus ritos funerarios.

 Esa fue la razón primordial para que se abandonaran esos tipos se monumentos funerarios y que dio origen a buscar alternativas menos llamativas y la construcción de los llamados Valles funerarios como los diferentes valles: El Valle de los Reyes,  el Valle de las Reinas y el Valle de los Nobles

Con el inicio del Imperio Nuevo se comenzó a construir el Valle de los Reyes donde están enterrados los faraones de las dinastías XVIII, XIX y XX en el que el tipo de tumbas, paso de monumentos grandiosos y visibles a los llamados hipogeos que eran lugares excavados en las rocas y que se adentraban en el subsuelo.

Escondidos en el interior de la roca, los hipogeos suelen estar compuestos de un enorme corredor que desciende varios metros bajo tierra, un pozo y varias estancias que precedían al lugar en el que estaba colocado el sarcófago, creadas para albergar los bienes que que el difunto iba a necesitar en el más allá

Sin embargo y dadas las creencias existentes en la época, sobre la vida después de la muerte y a la necesidad de satisfacer sus necesidades en dicha vida, se continuó enterrando junto al cadáver enormes riquezas que  continuaron atraían a los saqueadores.

En el Valle de los Reyes confiaban también en las maldiciones para atemorizar a los saqueadores. Éstos debían atenerse al peligro al que se enfrentarían si osaban perturbar al faraón en su eterno descanso. Esta maldición, se podía leer en la tumba de Tutankamon, única encontrada con los sellos intactos.

Sin embargo y dada la poca eficacia como salvaguarda de las maldiciones, por muy terribles que fuesen. También y para    y para  evitar la actuación de los saqueadores, se creó un cuerpo de vigilantes mercenarios  para custodiar del Valle.  Su efectividad no fue suficiente ya que ellos mismos se dedicaron a la rapiña cuando no murieron asesinados por los salteadores de siempre habían actuado y no estaban dispuestos a abandonar sus lucrativas prácticas

Los castigos a los infractores que eran sorprendidos consistían  en  palizas con bastones para hacerlos confesar. Y, una vez demostrada su culpabilidad,  podía sufrir la mutilación de nariz, orejas y ojos. El mayor castigo se reservaba al que hubiera quemado el cuerpo del faraón. ¿Su destino? Morir empalado, eliminando su nombre de su tumba para impedirle tener vida en el Más Allá.

No obstante y al igual que hoy en día la dureza de las penas no disuade al delincuente que siempre piensa que va a salir indemne.

Los robos y saqueos dependían por una  parte, de la pericia de los ladrones de tumbas y por la otra de las informaciones que proporcionaban los propios constructores de las tumbas, ya que a pesar de vivir confinados en poblados creados para ellos, recibían visitas de familiares y disfrutaban de permisos.

El abandono del Valle de los Reyes se realizó durante la dinastía XXI con el traslado de la Corte de Tebas a Tanis. Con este abandono, se relajó la vigilancia y si quedaba alguna tumba intacta, se saqueó aprovechando la situación.

 




lunes, 23 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 31

 

Los ladrones de tumbas (1/2)






La historia nos enseña que somos capaces de repetir el mismo error a lo largo del tiempo tiempo, que las soluciones aparentemente nuevas se han adoptado desde el inicio de los tiempos siempre sin resultado, que el endurecimiento de las penas no evita el delito y que la ambición y el deseo se sobre pone al miedo a las represalias.

 Viene esta reflexión a cuento que desde las primeras tumbas que  se construyeron, el saqueo de las mismas fue una constante, a pesar de los graves castigos que recibían los profanadores, tanto en esta vida como en la vida eterna. El castigo, tras la muerte consistiaen  que no pasaban al otro reino y que no tendrían otra vida después de esta. Este castigo, era el más duro que se podía dar a un egipcio. Esto unido a los castigos y penas que se infligían en vida  a los que eran sorprendidos cometiendo el delito  A pesar de ello la profanación y el saqueo de las tumbas fue una constante a través de los tiempos:

Siendo según sus creencias la vida de los antiguos egipcios una corta transición hacia la vida eterna en cuerpo y alma y con la posibilidad de gozar de todas comodidades y prebendas que habían gozado en la vida terrenal. No resulta extraño presumir, que  desde los albores de su civilización  acumulasen en las tumbas todo lo que se pensaba que se podría necesitar en la vida eterna que seguiría a la muerte terrenal. No siempre de forma real, si no simbólica o representativa. No se enterraban a los servidores para que les proporcionaran las comodidades a las que estaban acostumbrados, se hacían pequeñas estatuas de ellos realizando las ocupaciones que proporcionaban bienestar al difunto.

Sin embargo, sí que enterraban con el difunto objetos materiales, como grano y algunas viandas, pero sobre todo riquezas materiales para disfrutarlas en esa vida futura, como podían ser joyas y objetos de oro y piedras preciosas en el grado que su importancia social había podido acumular.

La particular forma de enfrentarse a la muerte en el Antiguo Egipto, requería de una buena suma de dinero. Era generalmente cosa de ricos, pero los pobres, dentro de sus posibilidades, también procuraban asegurarse su lugar en el  más allá.

Como es de suponer, los saqueadores de tumbas dirigían sus afanes a las tumbas de las clases pudientes.

En los enterramientos y desde siempre, se hacía ostentación de los tesoros que acompañaban al difunto, de esa forma, los saqueadores surgieron al mismo tiempo que los entierros.

Los tesoros que pudieron acompañar a los grandes faraones, son inimaginables, basta pensar que un faraón con escasos años de reinado, sin ninguna importancia para la historia egipcia, fue enterrado con joyas de valor incalculable el ajuar mortuorio que pudieron acumular en sus años de reinado. Siendo estas construcciones tan llamativas, se decidió construirn otras, en un lugar remoto y sin señales visibles que pudiesen orientar a los saqueadores.

Como he dicho reiteradas ocasiones, la historia del Egipto faraónico se extendió en un dilatado espacio de tiempo, por tanto  una de las facetas para estudiar este periodo sería el desarrollo de la lucha entre los que se querían perpetuar a través de los siglos con sus tesoros intactos y los que se esforzaban para arrebatarlos, con la victoria en la mayoría de los casos de estos últimos.

La historia de este pueblo es en gran medida, la historiaría y forma de sus enterramientos y los métodos para saquear sus tumbas.

 

 



viernes, 20 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 30

 

Gastronomía






Una vez pasado el informe de mi escrito anterior sobre la situación actual de cara a una visita a Egipto, creo que es obligado volver al Egipto faraónico, que es de lo que trata esta serie de crónicas.

Una de las cosas que me llama la atención cuando se trata de vincular la época dinástica con extraterrestres, y que, a mi juicio, se opone a estas elucubraciones, es el interés que mostraban los egipcios por el tema de la comida, como se puede colegir de las numerosas pinturas en las tumbas, en las que se representaban escenas de banquetes del propietario de la de la tumba.

¿Pero qué comían y bebían? Básicamente, lo mismo que comen y beben actualmente, con las excepciones de lo que les prohíbe su actual religión islámica, y, también, lógicamente, de las aportaciones foráneas, casi todas provenientes de América. Guisaban usando como grasa principal el aceite de oliva, pero sin desdeñar las grasas animales. En su dieta incluían ajos y cebollas, legumbres, especialmente, habas y guisantes, carnes de cerdo, oveja, y, en ocasiones especiales, vacuno, aves de corral y anátidas del Nilo. El pescado se consumía poco, según una versión porque era una representación de Set, y, según otra, porque un pez se comió el pene de Osiris tras ser descuartizado por el dios antes mencionado, Set. No obstante, el mújol que ascendía por el Nilo desde el Mediterráneo era muy apreciado. Sin embargo, la fruta era un producto prácticamente desconocido en las mesas. Pero, entre todos los alimentos, destacaba el pan, del que elaboraban hasta unas veinticuatro variedades distintas, desde la más básica, compuesta por harina de trigo, agua y sal, hasta las elaboradas con leche y miel.

En cuanto a bebidas, era fundamental en su régimen alimenticio la cerveza, a la que consideraban como un pan líquido, y que estaba tan presente en su dieta que en el Papiro de la Huelga en tiempos de Ramsés III, y en diferentes ostracos, hallados en el poblado de Deir el Medina, se especificaba la cantidad de hogazas de pan, o medidas de cerveza que debían recibir como pago por sus trabajos, conforme a su categoría. Es cierto que dicha cerveza no contenía lúpulo, pero en el resto de componentes, e, incluso, en el proceso de elaboración era semejante a la actual. Así como la cerveza era la bebida básica del pueblo, aunque no era desdeñada por las élites económicas o dirigentes, la bebida de estos últimos era el vino.

El pueblo egipcio era un pueblo rico. Tenía una capacidad de producción de alimentos, en casi todas las ocasiones, superior a su consumo. Por tanto, podían almacenar en silos los excedentes, e, incluso, comerciar con el excedente de productos alimenticios con países vecinos, a pesar de ser un pueblo no muy proclive  a relacionarse con el exterior. De esta riqueza, que era ambicionada por pueblos aledaños, vinieron todas sus guerras, pues siempre resultaban invadidos, en tanto que ellos no eran invasores. De esa riqueza, al final, vino el ocaso de su imperio, al ser invadido para  convertirse en una provincia de Roma, que pretendió, y al final, consiguió apoderarse de ese inmenso granero.

Podemos sacar varias conclusiones: en un mundo donde los pueblos dependían de la lluvia, y en el que dos años seguidos de irregularidades de la pluviometría significaban una hambruna, que podía llegar a hacer peligrar la supervivencia de un pueblo, Egipto tenía asegurada el agua necesaria para el riego, y  una tierra fértil, como consecuencia de las crecidas periódicas del Nilo, asegurando la manutención de sus habitantes, e, incluso, gracias a las reservas en sus silos, podían asegurar un mínimo vital de alimentación, en caso de que la crecida fuese escasa.

Se puede asegurar que el pueblo egipcio no pasaba hambre, y que, cuando por fallos administrativos la llegaba a sufrir, eran capaces de organizarse para  realizar una huelga, la primera en el mundo documentada en el papiro citado anteriormente.



jueves, 19 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 29

 

De seguridades y otras hierbas







Me vais a permitir, o al menos eso espero, que por esta vez aparque el tema del Egipto faraónico y os pase información de primera mano, sobre viajar a Egipto en la actualidad , abarcando distintos aspectos.

En primer lugar, voy a incidir en el tema de la seguridad, ya que recibí bastantes preguntas del tipo: “¿Cómo te atreves a ir a Egipto con el terrorismo que hay en ese país?” 

Parto de la premisa de que la seguridad absoluta hoy no existe en ningún lugar del mundo, ya que en cualquier país puede surgir el fanático “lobo solitario” y atropellar, apuñalar o poner una bomba de tipo casero en cualquier ciudad, casos de estos, los hemos visto en Lóndres y en París. Tampoco es descartable una pequeña célula terrorista camuflada de confidentes policiales, como en el caso de Barcelona.

Hecho este paréntesis, creo que hay pocos países  tan seguros  como actualmente es Egipto, especialmente en las zonas turísticas, donde la seguridad y los controles llegan a abrumar. Los escaners, y los registros se suceden en cualquier sitio al que quieras acceder. Como pueden ser  los monumentos, templos u hoteles. Pero por otra parte, que el país es seguro, se ve  en los recorridos por carretera, ya que en lugares a donde había que desplazarse con convoyes protegidos y custodiados por policías, ahora las agencias, pueden hacerlo de forma individual, eso sí, pasando por controles cada cierto número de kilómetros.

Esta seguridad es debida a diferentes razones, empezando por que el pueblo egipcio, no es un pueblo violento, los atracos, los asesinatos e incluso el robo al descuido no son prácticas habituales

Otra de las razones, dimana  de que se han dado mucha cuenta de que turismo y agitación con disturbios no se llevan nada bien, por tanto al haberlo padecido en sus bolsillos, tienen que buscar una situación de paz que vuelva a atraer a los turista. Sirva de ejemplo que un guía me contó que estuvo, durante la época más conflictiva  27 meses sin poder hacer un solo servicio y no olvidemos que trabajan en un régimen de  autónomos y si no trabajan no cobran nada.

A esto, que de por sí es muy importante, se une el que Egipto, es una dictadura militar, a pesar de lo que quieran aparentar, y tienen muy controlados, y normalmente en la cárcel a los elementos potencialmente peligrosos y por si fuera poco, han aprendido que por  dejar hacer a los Hermanos Musulmanes, les faltó poco para perder el control del país desde el punto de vista político y sobre todo económico

Una vez descartado como problema la seguridad, pasemos a valorar las ventajas e inconvenientes para una visita turística en la actualidad.

Entre las ventajas tenemos  las siguientes razones:

 a)  A pesar de que las agencias de viajes han subido precios al crecer la demanda, aún resulta barato el paquete turístico.

 b) La devaluación de la libra hace que para el extranjero la adquisición de bienes y servicios, sea muy barato. Como ejemplo una carrera de taxi traducida a euros resulta a bastante menos  de la mitad que esa misma carrera en el 2011.

 c) A pesar de que en algunos monumentos hay bastante gente visitándolos, no es comparable con las acumulaciones de los años anteriores a la revolución y los que están fuera de las rutas más habituales como Dundera o los del Lago Nasser, solo habrán unas cuantas personas, las de tu grupo.

 d) Y sobre todo conocer o volver a Egipto

 Como nada es perfecto, tiene algunos inconvenientes. 

1) Para mí el más incómodo, es el gran  atasco circulatorio que es todo El Cairo, donde cada uno conduce por donde quiere, sin luces y utilizando un código de circulación completamente inasumible para cualquier europeo. 

2) La picaresca de los vendedores e incluso de la policía, ya que se ofrecen a hacerte un servicio pero luego te piden propina, propina que siempre les parece escasa. 

3) El pedirte que les cambies monedas de euro que no aceptan los bancos, por billetes de euro y si te descuidas te dan monedas de libra en vez de euros.

4) El que los taxis te pidan de entrada más del triple del precio o que te quieran llevar al “mejor bazar” de la ciudad,A pesar de estos inconvenientes, hay que ir a Egipto ya que es un país excepcional. No dejes que te lo cuenten, compruébalo tu mismo, pero por si acaso no hacéis caso de este consejo, en la próxima revista continuare hablando del Egipto faraónico


miércoles, 18 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 28

 

Creencias religiosas (3)










Empiezo este nuevo capítulo con el convencimiento de que una buena parte de los lectores no van a estar de acuerdo con lo que expondré. Esta circunstancia hace que, en el peor de los casos, no me continuarán leyendo, y, en el mejor, no me bajarán el sueldo si pierdo lectores.

Por la causa expuesta anteriormente, soy muy reticente a hablar, y, sobre todo, a escribir sobre Atón y  Akhenatón, ya que hay una fuerte y sólida leyenda en torno al Dios, y al faraón que lo encumbró. La fama y la importancia que se da en el mundo occidental actual a ese corto periodo de tiempo dentro de la era faraónica, no se corresponde en modo alguno a la importancia que tuvo el reinado de Akhenatón, como iré desarrollando a continuación.

A pesar de que mucha gente desconozca el libro, creo que el interés por el Dios y el faraón que lo han llevado a la fama se deben a Mika Waltari y su “Sinuhé el Egipcio”, que despertó el interés sobre este tema. El libro está extraordinariamente bien escrito, y con un estilo que introduce al lector dentro del Egipto faraónico. Existe un relato, con un protagonista del mismo nombre, en que  un viajero egipcio describe su periplo y su naufragio. El de Mika Waltari trata de las vicisitudes de un personaje ficticio, de profesión médico, que supuestamente vivió aquellos tiempos turbulentos, pero, insisto, está tan bien escrita que parece una historia real.

No es verdad que Atón fuese un nuevo Dios que irrumpió en Egipto para acabar con el politeísmo e iniciar el monoteísmo. El culto a Atón era seguido como el de cualquier otro de los muchos dioses que existían y que convivían en Egipto. Su ámbito geográfico de seguimiento era muy pequeño, y se circunscribía a Heliópolis, donde, posiblemente, lo conoció el faraón al que, posteriormente, se  conoció como Akhenatón, ya que se sabe que permaneció en aquella localidad varias temporadas durante su niñez y juventud.

Por otra parte, los sacerdotes de Amón habían alcanzado tanto poder, tanta riqueza e influencia que incidían en todos los aspectos de la vida cotidiana, e incluso en la vida artística, tanta que eclipsaba el papel y la influencia del Faraón, al tiempo que ahogaban cualquier intento de innovación o evolución en cualquier acto de la vida. En consecuencia, el Faraón pretendió restar la influencia de los sacerdotes de Amón adoptando el culto a Atón. En ese cambió le acompañó una parte de la aristocracia, y, sobre todo, los artistas. Pero, gracias al dinero acumulado en los templos de Amón, y al inmovilismo del pueblo, no fue posible que el cambió fuese seguido mayoritariamente, por lo que Akhenatón siguió como faraón en la ciudad del Akhetatón, que mandó construir, y casi toda la infraestructura política, y, sobre todo, financiera continuó sin variación.

Al poco de la muerte de Akhenatón, y tras un periodo obscuro y convulso, finalizó el periodo de culto a Atón, y Akhenatón fue considerado el Faraón hereje, y fueron borrados sus sellos y efigies, y arrasada la ciudad de Akhetatón. El último faraón que rindió culto a Atón fue Tutankatón, que, posteriormente, restableció de forma oficial el culto a Amón, llamándose, a partir de aquel momento, Tutankamón.

En conclusión, en torno de lo que fue, simplemente, un intento de derrotar la hegemonía económica de los sacerdotes de Amón, se ha montado una historia, atractiva pero irreal,  sobre los inicios del monoteísmo en el mundo.

 



martes, 17 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 27

 

Creencias religiosas (2)






Ya he hablado en capítulos anteriores del mito osírico y de la aparición y justificación de los diferentes dioses que pueblan la religión egipcia. Ahora creo que toca hablar de la Creación del mundo y, en particular, de Egipto, según sus creencias.

Para el Egipto faraónico, el origen del mundo, según la teoría desarrollada en Heliópolis, y que prevale sobre cualquier otra hipótesis, a pesar de algunas pequeñas variaciones, según las traducciones o interpretaciones, se inició de la siguiente forma:

En el inicio sólo existían inmensas masas de aguas turbias cubiertas por absolutas tinieblas. Era un mar infinito, llamado Nun u Océano Primordial, en el cual se hallaban todos los elementos del Cosmos. No había vida ni muerte, no existían ni el cielo ni la tierra como tales,  por tanto, no existían ni dioses ni seres humanos. Solo existía el caos. En un momento dado, el espíritu de ese caos que estaba disperso se llamó a sí mismo Ra.

Se encontró solo, así que decidió crear de su aliento el viento (Shu), y de su saliva creó a la humedad (Tefnut). A continuación Ra hizo emerger un lugar seco donde pudiese descansar, y le llamó Egipto. Al nacer de las aguas, y depender de ellas, creó para su desarrollo el rio Nilo. Creo en esa tierra a los seres vivos tanto animales como vegetales.

Por su parte, Shu y Tefnut tuvieron dos hijos, a los que llamaron Geb (La Tierra) y Nut (El Cielo), que se casaron. Así, el cielo yacía sobre la tierra. Según una versión, Shu, en un ataque de celos, los maldijo y los separó, sosteniendo al cielo sobre su cabeza y sus hombros, y sujetando a la tierra con sus pies. Otras versiones cuentan que, al estar Geb y Nut unidos no dejaban espacio para la creación del dios Amón, así que éste le pidió a Shu que separara a sus hijos, sosteniendo a Nut sobre su cabeza y sus hombros. Desde aquel momento, el viento yacía en medio del cielo y la tierra. Aun así, y a pesar de esta separación, Nut tuvo innumerables hijas, las estrellas, que dieron origen origen a la bóveda celeste.

Sin tener conocimiento alguno de lo ocurrido, Ra había enviado a uno de sus ojos a buscar a Geb y a Nut para averiguar cómo había quedado la situación  . Pero cuando el ojo regresó, otro ojo había ocupado su lugar. El primer ojo comenzó a llorar, hasta que Amón Ra lo colocó en su frente, creando así el Sol. De las lágrimas de aquel ojo que cayeron a la tierra nacieron los primeros seres humanos, que poblaron en la tierra de Egipto.

Todas las mañanas, Amón recorría el cielo en una barca que flotaba sobre Nun, que ya cubría el cosmos dividiéndose en las aguas sobre el firmamento, y las aguas del abismo. Aquella barca de Amón viajaba por el cielo transportando al Sol, iluminando así a la Tierra por un periodo de tiempo de doce horas. Cada noche, Nut se tragaba el sol. Pero éste se regeneraba a la mañana siguiente, y Ra continuaba su viaje por la Duat, el equivalente del Infierno egipcio, dónde debía cruzar por doce puertas, una por cada hora de la noche. Éstas estaban custodiadas por la serpiente Apep, enemiga de Amón, y su objetivo era acabar con el sol. Maat (El orden cósmico) sí podía atravesar la Duat, y el sol volvía a nacer de Nut. Así, Amón podía transportarlo por el cielo durante otras doce horas, dando origen a un nuevo día.



lunes, 16 de agosto de 2021

Mis lugares míticos.- Egipto 26

 

Creencias religiosas (1)





En contra de lo que en mi es habitual, antes de empezar esta serie dedicada a las creencias religiosas egipcias, quiero que quede claro que no soy antropólogo, ni teólogo, y sólo me considero un aficionado a la cultura del Egipto Faraónico. Así, si alguien se siente molesto o, incluso, agraviado por lo que voy a exponer sobre el origen de las creencias de los humanos en general, y de los egipcios en particular, lo lamento, pero así lo leí, así me lo contaron, así lo interpreto, y así lo expongo…

Los seres humanos, desde el inicio de la humanidad, han tenido miedo a lo desconocido, a lo que les perturbaba, a las amenazas concretas e inconcretas. Al mismo tiempo, siempre han mostrado agradecimiento a lo que les beneficiaba, siendo estos dos principios el origen de todas las religiones. Como todas las civilizaciones nacientes, los egipcios comenzaron a rendir culto a lo que les atormentaba, a lo que les mataba, e, incluso, les hacía la vida más difícil. Les rendían culto y les mostraban un gran respeto con la intención de que estos elementos no les fuesen hostiles, no les mataran, o les permitieran una vida más amable. Por tanto, no es de extrañar que comenzasen a rendir culto a la cobra, nombrándola guardiana, al cocodrilo, o al hipopótamo y sobre todo, al sol, que en Egipto es capaz de matar a una persona si ésta se expone sin ningún tipo de protección a sus abrasadores rayos.

Pero, posteriormente, no sólo comenzaron a adorar a los que, en potencia, podían ser sus enemigos, sino que empezaron a glorificar a los elementos que les ayudaban en su día a día, como el Nilo, que con sus aguas y crecidas era generador de su sustento; los bueyes, que proporcionaban su fuerza en el cultivo de sus campos; las llamadas tierras negras, fertilizadas por las inundaciones; los gatos, que ahuyentaban a las ratas de los silos; o, incluso, a los babuinos, que aullaban al ver extraños merodeando a su alrededor.

Pero, al tiempo que crecían otros elementos de la civilización, creció la complejidad de sus creencias y ritos, como sucede también en todas las civilizaciones, y se fueron creando una nueva serie de relaciones con los, llamémosles, dioses o divinidades, relaciones cada vez más complejas, y en algunas ocasiones, casi todas, lejos del alcance de la gente, naciendo así la clase  sacerdotal como nexo entre las divinidades y el pueblo.

Sin embargo, y a diferencia de otras religiones, donde las nuevas creencias, los nuevos dioses enterraban y eliminaban a las anteriores, en el Egipto faraónico las creencias antiguas y modernas coexistían, se complementaban, e, incluso, se combinaban. Razón por la cual se nos hace tan complicado a los occidentales comprender sus creencias, ya que estamos acostumbrados al monoteísmo de las llamadas religiones del libro (judaísmo, cristianismo e Islam), o a las religiones clásicas de de nuestra cultura ancestral Grecia y Roma.

Al párrafo anterior, hay que hacerle dos acotaciones

a)      En algunas religiones monoteístas, se han incorporado cultos a deidades primitivas, pero intentando ocultar el origen, e intentando hacerlos pasar como parte integrante del culto original.

b)     El culto a Atón, que se dio en tiempo de Amenofis IV, también conocido como Akhenaton, no sólo fue excluyente en su monoteísmo, también generó enfrentamientos entre sus seguidores y los de Amón. No obstante, quizás habría que tener en cuenta que, más que un duelo entre dos formas de entender la religión y sus principios,  fue un enfrentamiento civil en un intento de romper rígidas reglas en todos los aspectos de la vida, e, incluso, reglas de tipo económico, ante la acumulación de riqueza por parte de los sacerdotes de Amón. Avala esa teoría el que en Heliópolis el culto a Atón era ancestral, y no había causado ningún tipo de enfrentamiento.