La
Dinastía Ptolemaica (3)
Cómo mencioné anteriormente, no se pueden juzgar normas o
comportamientos sociales de épocas pretéritas con las reglas actuales. Por
tanto, me abstendré de opinar, para limitarme a informar.
No es que el Egipto anterior a la dinastía Ptolemaica fuera
“políticamente correcto” con arreglo a los criterios de las sociedades
occidentales actuales. El incesto era normal, e, incluso, considerado
conveniente entre las clases altas, para preservar la “pureza de sangre”. La poligamia
era la norma. Las intrigas que se materializaban hasta en la eliminación de
presuntos herederos rivales para alcanzar el trono no eran, al parecer, infrecuentes
en los gineceos.
A pesar de su carácter sagrado, algunos Faraones fueron víctimas
de asesinatos. El caso más conocido, y más documentado, es el de Ramsés III de
la Dinastía XX (nada que ver con Ramsés II de la Dinastía XIX).
Estas actuaciones resultan empalidecidas por los sucesos
acaecidos durante el periodo helenístico, donde, además de las prácticas
aprendidas en Egipto, traen en su bagaje las prácticas de su tierra de origen.
En este periodo no hay ningún reinado que no se base y
sostenga en fratricidios, traiciones, e intrigas. A pesar del carácter divino
de sus reyes, estos no dejaron de ser objeto de complots e intentos de derrocamientos
incluso por la fuerza. Un caso que podría sintetizar la época es el siguiente:
Ptolomeo VI Filomater, que muy influenciado por cortesanos y ministros, inició
varias campañas bélicas con derrotas, incluye en el reinado a su hermana y
esposa Cleopatra II y a su hermano Ptolomeo Evergetes, A la muerte de Ptolomeo
VI, Cleopatra II, tras una de las innumerables intrigas, logra que su hijo sea
nombrado Faraón con el nombre de Ptolomeo VII neo Filomater. No hay seguridad
sobre si llegó a gobernar, ya que fue rápidamente asesinado, siendo
inmediatamente sustituido por Ptolomeo VIII Evergetes.
Cabe preguntarse sobre este período: ¿Esta dinastía fue
positiva para Egipto? El final de esta dinastía marca el final del país como Estado
independiente. Condición que el país no llego a recuperar hasta el siglo XX. En
principio esto podría suponer la deslegitimación de sus gobiernos. Pero no
podemos olvidar que, a la llegada de Alejandro a Egipto, este estaba en plena
descomposición y asediado por múltiples enemigos. Razones por las que le nombran
Faraón con la esperanza que devuelva el
antiguo esplendor. Los Ptolomeo alargaron, con mayor o menor fortuna, durante
tres siglos el imperio más longevo de la historia de la humanidad.
Entre los aspectos positivos no podemos olvidar la
fundación de Alejandría, que convirtieron en su capital, embelleciéndola con
palacios y grandes construcciones, cómo su majestuoso faro. No obstante, el mayor aporte a la
cultura fue su biblioteca, compendio de la sabiduría de la época, y que, en
contra de la creencia general, no fue incendiada. La realidad es que comenzó a
declinar durante un largo periodo, a partir de la purga de intelectuales y
eruditos a partir del siglo II de nuestra era. Por otra parte, reconstruyeron
una serie de templos sobre las ruinas de templos anteriores como son los de Edfú,
Kom Ombo, y Filae, templos incluidos en las visitas de los cruceros turísticos.