miércoles, 4 de mayo de 2022

Mis lugares míticos.- Egipto 39

 

Las dinastías






Durante el devenir de la serie de escritos que he realizado sobre el tema. He mencionado de forma reiterada el concepto de dinastía. Incluso en la segunda entrega incluí una cronología de las mismas, que los egiptólogos utilizan  para señalar reinados y hechos históricos fundamentales para ubicarlos en su tiempo y contexto.

¿Qué es y que representa una dinastía en el Egipto faraónico? De una manera reduccionista podríamos definirla cómo”conjunto de gobernantes que proceden de una misma familia”.

 Este concepto  no es del todo cierto siempre.  En periodos de transición se ha dado el caso de que el padre está encuadrado en una dinastía y el hijo en la siguiente. Tampoco fue infrecuente que el siguiente monarca, fuese algún allegado, sin vínculos de parentesco, como los últimos faraones de la XVIII dinastía.

Los egiptólogos ligan el inicio de dinastía con cambios importantes en las liturgias, generalmente impulsadas por el grupo que tomaba las riendas del poder político. Desde el inicio de la historia egipcia, la política y la religión (al igual que en todas las culturas antiguas y actuales) estaban separadas por una tenue frontera. Como prueba que hasta la dinastía XIX los faraones al morir  pasaban a ser dioses. Esta situación  se mantuvo hasta el reinado den Ramsés II que se transformó en un dios viviente, cómo todos sus sucesores.

La definición adecuada sería la siguiente: “Periodo que transcurre entre modificaciones de liturgia y que generalmente estaba regida por miembros de la misma familia y allegados y afines”.

Esta definición está en con contradicción aparente con la revolución religiosa promovida por el faraón de la XVIII dinastía Amenhotep IV, que tras abrazar el monoteísta culto a Atón paso a denominarse Akenatón , declarando esta religión cómo la oficial del estado.

La pregunta que inmediatamente surge es: ¿Cómo es posible que con este cambio tan drástico no se iniciara una nueva dinastía?  La respuesta está implícita en la definición de dinastía. No hay variación litúrgica. Hay una religión apócrifa que intenta sustituir a la tradicional.

Esta tentativa, que en modo alguno alteró la liturgia y modelo de la religión tradicional. Tuvo un corto recorrido. Ya que apenas se mantuvo vigente tras la muerte del instigador. Amenhotep IV o Akenatón, fue declarado faraón  hereje y la religión que él implantó, fue desmantelada física y espiritualmente.  Prácticamente se borró de la historia oficial.

Los últimos tiempos  del periodo de Amarna; como se le conoce, fue un periodo históricamente obscuro. Tutankatón, uno de sus sucesores e hijo suyo, volvió a implantar como oficial la religión oficial el culto a Amón escenificando la restauración con su cambio de nombre por el de Tutankamón con el que pasó a la historia e incidentalmente a la fama gracias a Howard Carter.    


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